Japón se hunde: 2020 es un anime de aventura, ágil e interesante, que actualmente puedes ver por Netflix, consta de 10 capítulos y se basa en la novela de 1973 Nihon chinbotsu (El hundimiento de Japón) de Sakyo Komatsu, lo curioso es que este libro ya ha inspirado a películas en live action.
Al ver el anime puedes llegar a olvidar que es una caricatura y que no todo lo que sucede tiene que ser coherente o realista, y por esta confusión entre la realidad y la ficción, la historia se vuelve especial, pues las reacciones de los personajes son tan naturales que te llenan de empatía y sorpresa.
¿De qué trata? Tras un fuerte terremoto, Japón se empieza a hundir y los pocos sobrevivientes, se van enfrentando a la transición de una vida cómoda a la supervivencia extrema. Los personajes principales es la familia Muto formada por Koichiro (Papá), Mari (Mamá), Ayumu (Hija mayor), Go (Hijo menor), quienes van añadiendo acompañantes a su viaje por el territorio japonés, en búsqueda de un lugar seguro.
#1 – Japón se hunde es detallista y llena de suspenso
Es una serie corta y ágil. Cada capítulo en Japón se hunde: 2020 tiene un giro interesante y te dejará con ganas de ver más.
Cuando vemos historias estilo Lo Imposible (2012) deseamos que todos los personajes lleguen al final, que todos puedan encontrarse y sobrevivir, pues así es la naturaleza humana, estamos llenos de esperanza, consciente o inconscientemente deseamos salir adelante. Sin embargo, en la vida y en la ficción existen personajes puente, que estarán por momentos para ayudarnos a llegar al siguiente nivel, cual videojuego, y son estos giros de tuerca los que te mantendrán atent@ al televisor.
Tiene muchos detalles, por ejemplo: Mari (la mamá de Ayumu y Go) suele tomar una fotografía de cada momento o con cada persona que llega a su camino, es un acto simbólico que al inicio parecerá no tener sentido, pero conforme el sube y baja del anime avance, tendrá todo el sentido del mundo.
También hace uso recursos narrativos como la voz en off, para presentar el trasfondo emocional de los personajes y es mucha la información que se va entrelazando en la historia desde el inicio a su fin.
#2 – Nos da una mirada de lo que los japoneses piensan de sí mismos
Solemos pensar que los mexicanos somos los únicos malinchistas y nos autocriticamos fuertemente por la pérdida de nuestras raíces y cultura. A pesar de que miramos a Japón como un país de primer mundo y tenemos la falsa concepción de que lo tienen todo resuelto, este anime nos muestra que no.
El personaje de Go (el hijo menor de la familia protagonista) pertenece a una generación joven que admira a países como Estonia y que prefiere hablar en inglés. Quizá es por su edad, pero constantemente recalca que no le gusta Japón. Él conoce poco de su cultura, por lo que otros personajes a su alrededor le enseñarán y defenderán lo qué hace únicos a los japoneses.
En Japón se hunde: 2020 también aparecen grupos radicales que no quieren a ningún tipo de extranjero en su país. Inclusive podemos ver que las personas con doble nacionalidad pueden ser discriminadas. Frente a un desastre, la naturaleza humana surge; pero la bondad y el egoísmo tienen un origen ajeno a la nacionalidad.
#3 – Tiene un final con buen sabor de boca
Tranquil@ no te voy a dar ningún spoiler. Pero es importante decirte que, si dudas en verla porque el contexto actual ya es demasiado fuerte como para ver una historia de supervivencia, quiero decirte que este anime no se tira al drama y te muestra que en la vida todos tenemos un don y un lugar.
Existimos por una razón y sin importar lo gris de la situación, debemos disfrutar y mostrar nuestras ganas de vivir.
Pongan mucha atención a los capítulos finales y disfruten de la resolución final para cada personaje. Pocas series y animes se toman el tiempo de cerrar la historia con el desenlace para cada uno de sus personajes y eso hay que apreciarlo.
No te voy a decir que Japón se hunde: 2020 es o será uno de los mejores animes del año; sin embargo hay mucho que disfrutar y observar de éste.
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