La telenovela Yo soy Betty, la fea, ha sido uno de los programas en televisión que ha tenido popularidad a nivel mundial. Tan cierto es esto que, desde que Netflix la metió a su catálogo el año pasado, no ha dejado su puesto en el top 10 de favoritos. Y no es nada extraño, pues Beatriz Pinzón llegó a quedarse en el corazón de quien la vio nacer, crecer, caer y revivir de sus cenizas cuál fénix mitológico.
Yo soy Betty, la fea fue escrita por Fernando Gaitán y se estrenó el 25 de octubre de 1999 y cuyo último episodio se emitió el 1 de mayo de 2001. A mí me gusta llamarla “la historia del patito feo”, ya que Beatriz Pinzón entra como asistente personal del director de la empresa “Ecomoda”. Y no es nada fortuito, al no encontrar trabajo como economista (cosa en la que es licenciada) tiene que conformarse con este puesto.
En esta empresa pasan un sin fin de cosas con nuestra protagonista, todo a partir de su aspecto “nada hermoso”, sus compañeros de trabajo subestiman sus conocimientos por su aspecto, aunque en la empresa no todo es malo, logra hacerse amiga de un “escuadrón” de chicas que son más leales al corazón que a lo físico.
Pero, ¿qué hace especial a Yo soy Betty, la fea?
1.- Sus entrañables personajes
Tío Netflix quiere que amemos la telenovela porque sabe que, de alguna forma, hemos sido la Beatriz que se enamora del guapo Armando y que por ser “feos”, seremos bateados. Además, no necesitamos estar en una empresa para sentirnos identificados, ya que los personajes podemos vivirlos todos en carne propia, sin cambiar de piel y en cualquier lugar. En un papel o en otro, hemos tenido la oportunidad de ser Betty, Armando, Alicia, Marcela, etc.
Cada uno de estos aspectos son tan familiares que al verlos en la pantalla chica, los hacemos nuestros. Los personajes son tan cotidianos, con vidas tan comunes, que podríamos ser nosotros interpretando el papel de cada uno. Entendemos tanto a los personajes y a las situaciones que viven, que sólo necesitamos del espacio para que pueda fluir la historia de Betty. Un plus enorme para que siga siendo un éxito, aún después de veintitantos años de haberse estrenado.
2.- Su romántica y esperanzadora historia
Este punto va muy de la mano con el anterior. Algo que nos ayuda a ser más empáticos con Yo soy Betty, la fea, es que las acciones o acontecimientos por los que pasan son situaciones con las que nos encontramos a diario. Ya sea que nos suceda a nosotros, o al amigo del vecino y al conocido de nuestra prima. Sabemos de personas que hacen fraudes, que quieren quedarse con la herencia familiar, de delincuentes, mártires, víctimas, en fin…
No hay historia en el mundo que no sepamos o vivamos, lo que cambia es el final. Por eso es que la gente lee o escucha música, son las mismas palabras o las mismas notas, no hay nada nuevo para escribir o escuchar, pero la forma en que se acomodan estas notas o palabras, van a darnos un final diferente. Eso hace especial a cada historia y eso también hace especial a Yo soy Betty, la fea.
3.- Tiene un montón de variantes en el mundo
En esta ocasión, todos mis datos curiosos van de la mano. Siguiendo con la pista de la historia entrañable, del drama, de la felicidad y de la superación de “el qué dirán”, Yo soy Betty, la fea no es sólo una telenovela colombiana de éxito. La historia de este “patito feo” es tan popular que más de 20 países han hecho su remake. Sí, eso incluye a México. Eso sí, cada una le da su toque y se restringe, dependiendo de la región. Les voy a contar sobre las mejores versiones.
Ugly Betty (E.U.)
Como dato interesante, les cuento que fue producida por Salma Hayek y que este nombre valió para que la telenovela permaneciera al aire cuatro años. En esta versión, Betty es una comunicóloga que quiere entrar a trabajar en una de las revistas más importantes de E.U., también aborda otras temáticas como la lucha por los derechos civiles y legales de los migrantes, así como el lado amargo de la deportación.
Yo soy Bea (España)
Aquí, la protagonista entra a trabajar a una revista de moda y tendencias, mientras que el galán es el director de dicha revista. La cosa cambia a mitad de la telenovela, ya que los protagonistas salieron de ella y se tuvo que cambiar un poco la trama, contando dos historias: la de Betty y Álvaro, junto a la de Be y Roberto. Muchos pensaron que este “giro de tuerca” no le ayudaría a la producción, pero dio para que se emitieran 773 capítulos en total.
Chou Nu Wu Di (China)
Lin Wu, nuestra querida Betty, trabaja como secretaria en una agencia publicitaria como secretaria del director de la empresa. En su país natal, se ganó el corazón de la audiencia, ya que se debe enfrentar a demasiados obstáculos debido a su físico.
Betty Toons
Esta versión es una caricatura colombiana que se realiza con base en los personajes de la telenovela pero, en este caso, todos son niños y se encuentran en el colegio. Así que todas las peripecias y desventuras que tiene que vivir Betty, se desarrollan dentro del aula y en la
hora del recreo. En su momento de estreno, fue simpática; ahora podemos decir que es muy insensible, al grado de calificarla como discriminatoria. Incluso fue transmitido por la cadena Cartoon Network.
La fea más bella (México)
A nuestro país le encantan los remakes y, en esta ocasión, no se pudo quedar atrás. Angélica Vale se ha caracterizado por ser una actriz de comedia, y para esta ocasión, le dio mucho carisma al personaje de Betty. En el caso de Don Armando, Jaime Camil se encontraba en la cúspide de su carrera de actor y fue el ideal para interpretar a este personaje. Se respeta mucho el papel original de Betty y estos actores le dan un toque cómico a esta telenovela.
Como un fun fact, este hecho ha marcado a la telenovela para que se encuentre en el libro Guinness de récords, como la telenovela más exitosa de todos los tiempos, con más de 28 adaptaciones en todo el mundo, y con doblaje en más de 25 idiomas.
4.- El amor del mexicano hacia la telenovela
Es de mexicanos haber crecido mirando telenovelas. Es difícil que existan personas que no crecieran con este producto de entretenimiento mundialmente conocido, ya que es una costumbre que se tiene arraigada desde el momento en que nuestras madres o abuelas cocinaban, hasta que nos íbamos a dormir, los televisores en casa nos mostraban las complejas historias de estos enredados personajes y sus desenlaces de lo más extravagantes.
También sucede esto porque, desde niños, se han hecho versiones para cada segmento: adultos, jóvenes, niños, etc. Incluso hubo un par que daban conciertos con personajes audaces y talentosos. Ya noté que se acordaron, también estuve ahí.
Por estos motivos, la telenovela mexicana ha sido una influencia muy importante para algunos dramas mundiales, tal es el caso de los dramas surcoreanos (empezando con Sonata de invierno, uno de los más famosos de la república asiática), que con el paso de los años, han adquirido muchísima popularidad.
Debo expresar que, hubo un tiempo, lejano ya, en que las producciones televisivas contaban con historias y personajes que eran, de verdad, dignos de verse. Un ejemplo claro y que se recuerda por todo el mundo, es la afamada producción Cuna de lobos, dirigida por Carlos Téllez y escrita por Carlos Olmos. Si no la han visto, se las recomiendo.
Podría decir que pertenece a la etapa de “oro” de la telenovela. Pero México no es el único país que se ha dedicado a tener producciones entrañables y reconocidas a nivel mundial. Colombia nos ha regalado historias demasiado crudas y apegadas a la realidad de su país como Sin tetas no hay paraíso o, el tema de esta nota, Yo soy Betty, la fea.
5.- Simplemente porque amamos la televisión.
Aquí les voy a contar porque el género de la telenovela ha tenido tanto éxito a lo largo de los años. Cuando leemos una novela, lo que nos atrae son las historias de los personajes, sus planes, su pasado, lo que los llevó al momento en que los conocemos, la profundidad de sus sueños, etc.
También observamos que las historias se van cruzando, la trama general se vuelve más compleja, cautivadora y, hasta sentimental. Además, la imaginación que necesita para poder desarrollarse nos hace ubicarnos en mil y un escenarios para que la(s) historia(s) puedan realizarse sin problema alguno.
Ahora, con los recursos que pueden obtener las televisoras, cualquier escenario es posible para que se desarrolle la trama. Así que, toman a los personajes, las acciones y los enredos, le ponen un poco de dinero y, con esa magia, podemos ser partícipes de historias conmovedoras, desafiantes y enredadas.
La practicidad de la televisión nos ha dado tanto que, podemos seguir con nuestras actividades sin descuidar el capítulo del día. Y no sólo con las telenovelas, hay series, películas, caricaturas, en fin, contamos con una alta variedad de opciones que nos acompañan en el día a día. Lo mejor de todo, podemos hacer varias cosas a la vez.
Si algo nos queda claro, es que Yo soy Betty, la fea, se volvió todo un fenómeno mundial. Y el Tío Netflix nos permite deleitarnos con la versión que comenzó todo y, así poder sentarnos a reír, llorar y recordar con nuestra querida telenovela. Sin darnos cuenta, repetimos una tradición ancestral.
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